Los altares son el resultado de un profundo sincretismo entre los rituales mesoamericanos y cristianos; la tradición mexicana celebra la Muerte, los días 1 y 2 de noviembre cuando los difuntos regresan para convivir con sus seres queridos. Se honra su presencia con los platillos y bebidas que disfrutaban en su paso por la vida y se acompañan de símbolos místicos y tan íntimos que recuerdan sus gustos terrenales.
Este año rendirán homenaje, en la sede del Museo Soumaya de Plaza Loreto, en ciudad de México, a Juan Soriano, Pájaro transformado en humano, a 100 años de su nacimiento y tan solo 14 de su partida, maestro recordado como uno de los artistas más queridos.
- La muerte es como una corona maravillosa que te dan por toda tu vida. Es un premio divino por todo lo que hiciste - Juan Soriano -
Con veladoras que guían el camino de las ánimas, el copal que aleja a los malos espíritus y la sal que los purifica; entre cempasúchil, pintado de los colores de llamado -muchacho de mil años- frutas y agua , el autorretrato del maestro aparece con su mítica Sirena acompañados de pan de muerto, en representación del ciclo de la vida.
Soriano dedicó su vida a la producción plástica sin seguir las reglas académicas, pero sí fiel a su particular manera de ver el mundo. Entre colores y tradición, plasmó escenas de imaginación y entraña .