Guadalajara, Jalisco, a 28 de noviembre de 2023
Jorge F. Hernández, Antonio García Ángel y Andrea Cote charlaron sobre lo que significó el escritor colombiano en sus vidas y en su desarrollo literario
( © FIL/Natalia Fregoso)
"En este recinto de libros y de sueños quedará lo que fuimos, lo que no supimos ser, lo que seremos en la incierta memoria de los hombres". Esta frase fue escrita por Álvaro Mutis en el cuaderno de visitas de la Biblioteca Nacional de Colombia, y fue recordada por Adriana Martínez-Villalba García, la directora general del recinto, pues desde su perspectiva podría resumir la trayectoria del poeta colombiano. Con ella comenzó el homenaje póstumo para celebrar los cien años del nacimiento del autor de Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, organizado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y la librería Carlos Fuentes.
La mesa estuvo integrada por el mexicano Jorge F. Hernández, autor de La emperatriz de Lavapiés; el colombiano Antonio García Ángel y su paisana Andrea Cote, autora de Chinatown a toda hora y otros poemas. Los tres coincidieron en señalar que Mutis fue de gran importancia para sus vidas, de algún modo u otro, ya desde una gran amistad que se empeñaba en nunca acabar las borracheras, ya desde la inspiración no sólo para seguir leyendo, sino para escribir. Y no pudo quedar fuera un pequeño recuerdo de su sensibilidad a través de la poesía.
La mesa estuvo integrada por el mexicano Jorge F. Hernández, autor de La emperatriz de Lavapiés; el colombiano Antonio García Ángel y su paisana Andrea Cote, autora de Chinatown a toda hora y otros poemas. Los tres coincidieron en señalar que Mutis fue de gran importancia para sus vidas, de algún modo u otro, ya desde una gran amistad que se empeñaba en nunca acabar las borracheras, ya desde la inspiración no sólo para seguir leyendo, sino para escribir. Y no pudo quedar fuera un pequeño recuerdo de su sensibilidad a través de la poesía.
Jorge F. Hernández señaló que no pasa una sola semana sin que Hernández recuerde al poeta colombiano, por ejemplo, los momentos que pasaron juntos en la FIL, y se la pasaban de borrachos con un gran amigo de ambos: “Johnny… Johnny Walker”. Asimismo, continuó diciendo que es una lástima que no más personas lean a Álvaro, pero que en realidad no le molesta tanto, ya que sabe que así es como le gustaría al colombiano. “Aunque todo el planeta lo leyera, no todos lo disfrutarían”, comentó el mexicano. Además, agregó una pequeña experiencia: recordó que el colombiano escribió La nieve del Almirante durante su estancia en la cárcel de Lecumberri. “Ahí se convirtió en un verdadero mexicano, pues al hacerse amigo de un convicto logró adentrarse más en los modismos y las costumbres del país”.
Para finalizar el encuentro, Antonio García Ángel platicó un poco sobre lo que ha significado Mutis para su desarrollo como escritor, y compartió como le fascinó descubrir sus novelas y quedó maravillado, pero que fue gracias a sus poemas que pudo descubrir un lado sensible que él pensaba que no tenía. A modo de homenaje, escribió un decálogo de bebidas etílicas que Álvaro Mutis siempre presumía tener. García dijo que se dedicó a buscar en todas las novelas del poeta y rastrear la mixología posible para reunir en un libro todas las bebidas y mandatos que, según Mutis, debería tener un borracho.